y soñar que sueñan conmigo.
Luego despertar y ser fiel testigo
de no soñar y verme querido.
Las mil serían dueñas de mi espada
mi antifaz y de mi alma desmaquillada.
Sin disfraz ni guirnaldas, nada de paja,
siendo capaz de ser yo, siendo ella mi hada.
Pero realidad viste con cara pintada,
de tanto salir con capa estrellada.
Sin nada de amor, ni un dolor que muera,
envidio al que fuera el triste vencedor.
El que arropando sus recuerdos
y despeinando un corazón,
no sepa que se merece
ser odiado mil veces.
por una sola razón...
. bebe y resiste
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