Cansado de blandir tu voz firme y segura.
Afirmas ser señor de heridas, cicatrices,
estigmas y dolor de arduas batallas, dices.
Bendices tu valor, tu sangre y tu valía.
Honroso poseedor de tal sabiduría.
Lástima me das, creyendo haber ganado.
La guerra por librar, la dejaste de lado.
Tus galones te dirán que aquí venciste, claro.
Pero volverá a llover y siempre sobre mojado.
. bebe y resiste
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