domingo, 5 de febrero de 2012

Mesas giratorias.


Payaso llorón..

A veces la vida
es como una de esas mesas giratorias
en las que
no paran de servir comida,
platos y más platos de comida
y a veces tú,
lo único que sabes hacer
es esperar a que tu plato favorito
vuelva a pasar una y otra vez,
sin siquiera mirar
la gran variedad de manjares
que se pasean ante ti.
Tú no tienes toda la culpa
claro está,
uno no puede dejar de desear
aquello que más le gusta,
sobretodo cuando cada cierto tiempo
aparece delante de ti
y comparte algo más
que tu campo visual.
Pero tienes que tener cuidado,
a veces sin darte cuenta
quitan tu plato del menú,
o quizá ése día se han quedad sin género
o simplemente
otro más voraz que tú
ya se lo ha comido antes.
Por eso,
por si a caso,
debes guardarte un as en la manga,
y aprender a mirar hacia arriba,
tener la suficiente tranquilidad
como para convertir
tu pequeña obsesión
en tu gran placer,
puede que así,
no te duela tanto pasar hambre ése día,
puede que así
sepa mucho mejor
cuando no puedas repetir.
Eso sí,
que tu plato
siga siendo
siempre tu plato,
él nunca debe cambiar.

2 comentarios:

  1. me ha entrado un hambre voraz de repente!!!!

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  2. Y, como bien usted recalca, no se exceda de más en el momento de ingerir ese manjar, pues puede llegar el día que sobrecargue el paladar, y elijamos aquello que pueda sentarnos mal... Aún a sabiendas que no debemos, tan siquiera, ni catarlo.

    Un abrazo, mi compañero de amarras.

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