miércoles, 4 de mayo de 2011

Sin velas ni viento

Lloran sus manos cansadas de soñar,
de implorar justicia, de batallas sin ganar.
De mirar, como se vicia el relojero
en que avance el tic-tac del maldito segundero.
De soñar despierto, despertar, 
que siga lloviendo,
de verse muerto en el lugar
donde no habita el lamento.
Siguen sin puerto sus intentos
de reír, ser como antaño.
Navío sin velas ni viento
perdido con veintidós años.

. bebe y resiste

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